Perder el rumbo asía donde nos dirigimos en
ocasiones resulta ser de lo mas sencillo y hasta cierto punto fácil. Interactuando
con un amigo sin querer me deje envolver por la introspección y en medio del
dialogo comencé a visualizar las diferentes formas de cómo se pierde el rumbo.
Recordé el caso de un joven conocido que se acostó
con su novia sin usar protección y la consecuencia fue un embarazo no deseado. El
desenlace fue dejar de estudiar, dedicarse a trabajar tiempo completo, asumir
el compromiso de un hogar; sin tan siquiera querer completamente a la joven.
Meses mas adelante converse con dicho joven y
me dijo que había perdido el rumbo.
Un adolescente que cayo en el alcoholismo y
practica sexuales desordenadas, las consecuencias fueron destrozas, un
accidente automovilístico que casi le costo la vida a él y a sus acompañantes.
Otro caso que recordé fue el de una hermosa
joven que abandono un puesto ejecutivo de una prestigiosa casa de moda para
dedicarse a conocer el mundo. Al final le confeso a una amiga que había perdido
la dirección de su vida.
Estos casos, tienen un punto en común, todos
estos individuos perdieron el camino que se proponían seguir en un principio,
tratando de buscarle sentido a la vida.
Existe una tendencia de que se busca afuera lo
que no se encuentra dentro, sin darnos espacio para descubrir que el verdadero
sentido de la vida no esta en el exterior sino muy en el interior de
nosotros mismos.
Por,
Licenciado
Francy Martinez