Las promesas son ofrecimientos de
dar o hacer algo, cosa que para quien va ha recibir lo prometido lo llenan de esperanza,
hasta cierta forma sirven de energizante y devuelven el deseo de seguir creyendo.
De hecho se cuenta de una forma concreta con ese bien que se va ha obtener.
Es una sensación gratificante y
se suele repetir interiormente: me prometieron algo y estoy tan feliz, es casi
parecido a la antesala de un orgasmo emocional, las imágenes de ver
materializado eso que nos han prometido es tan repetitivo que casi se puede
palpar.
Pero que frustrante cuando se incumple
esa promesa, que desaliento, que decepción, no volveré a creer en la promesas
nunca mas; se dice una y otra vez, la desconfianza toma su lugar y ya no da mas
espacio para confiar.
Por lo tanto: vamos a cumplir
nuestras promesas y si sabemos que no podemos cumplir algo, mejor es ser
honesto y decir: no creo poder dar o hacer eso y de esa forma evitaremos ver un
corazón roto. Cumplamos lo prometido y seamos constructores de sonrisas y corazones
felices.
Por,
Licenciado Francy Martinez
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