Desde
temprana edad el ser humano comienza una etapa de aprendizaje que lo lleva a un
viaje a lo desconocido, y este recorrido se va volviendo cada vez más familiar y el individuo
se va adaptando al estilo de vida que se le fue concedido por azar del destino.
Y en ese peregrinar va descubriendo un sin números de sentimientos, emociones
antes desconocidas, pero que ahora se vuelven habituales.
Al principio
de este recorrido solo se generaliza, aun no se discriminan las emociones y
entonces… es cuando algo extraordinario comienza a ocurrir: Si se llora se está
triste y si se ríe se está alegre, pero eso no es todo…algo aún más profundo y
duradero hace aparición: Los cuentos de princesas: < Y fueron felices para
siempre> ¡Un momento! algo paso aquí… ¡Felicidad!
Todo
iba bien, hasta que apareció ella, ofreciéndolo todo para siempre, pero, ¿Quién
es ella? Según el diccionario que cree tener respuestas para todo dice: Que la felicidad
(del latín felicitas, Félix, fértil) es un estado emocional que se produce en
la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. O una condición interna
de satisfacción y alegría que ayuda a muchas personas.
¡Uffff!
que si es todo un personaje la felicidad, los medios de comunicación hablan de
ella, los religiosos hablan de ella, todos hablan de ella, cada quien en su
propio lenguaje, a uno le cuesta tanto ser feliz y otros gritan a los cuatros
vientos haberla alcanzado a su manera ¿Si cuesta ser feliz? es hora de hacer
una revaluación para ver qué tipo de felicidad es la que se pretende alcanzar: ¿La
de los medios de publicidad, la de los cuentos de princesa o la real: Que con
mucho se puede conocerla, pero con poco también se puede alcanzar?
Por: Licenciado Francy Martínez
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