Cuantas veces no
nos llega la idea de dejarlo todo e irnos lejos, comenzar de nuevo, donde nadie
nos conozca. Olvidar todos los recuerdos dolorosos y las frustraciones que nos agobian.
Debo confesarlo:
Si, he deseado irme y cambiar de nombre, de rostro… es por eso que quiero
compartir a que reflexión llegue con esta idea. Lo primero es que me vi en la obligación
de relajarme y aterrizar mis ideas y dramatismo del momento.
También fue
doloroso e incómodo, solo pasa en las películas románticas, que una persona se
lleva una vida entera en un bolso, se cambia de ciudad y a la media hora todo está
resuelto.
Como mi vida no
es una novela, descarte todo lo antes pensado. Viví mis diez minuto de drama y volví
a la realidad, con la vida de un simple mortal, que le toca sufrir, reír, amar y
enfrentar aflicciones, al carajo el drama, total, las películas solo duran hora
y media y yo tengo toda una vida por delante.
Pienso que antes
de hacer mi próximo drama interno, creeré en Dios, creeré en mí y no por
quejarme las cosas se resolverán, ya no llorare por la leche derramada, a veces
es bueno hacer catarsis… hoy me tocó a mí.
Por:
Licenciado
Francy Martínez
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francymartinez103@hotmail.com
Francymartinezamazon
francymartinez103
@francymartinez5