Cuando nos referimos a una crisis, inmediatamente nuestro cerebro produce imágenes
perturbadoras, de acontecimientos de caos, inestabilidad, desagrado, por decir
algunas.
Y realmente es una situación complicada un cambio difícil. Pero ¿Para qué sirven
esas crisis a nuestras vidas? Personas
buenas ¿Pueden escapar de una crisis? La respuesta es negativa.
Todas las personas lastimosamente pasan por momentos de inestabilidad, de escases,
momentos que llegan para revolucionar todo el entorno.
Ahora bien ¿Que podemos hacer en medio de estas inestabilidades? Se puede
aprender o se puede sucumbir… es mejor la primera.
Una crisis que ha revolucionado el mundo entero es la llegada de la
Pandemia Covid – 19, donde de una forma u otra ha cambiado el pensamiento
colectivo. Muchas personas con el deseo de ayudar, otras se aprovechan para
sacar ganancias del dolor ajeno. Muchos estamos aprendiendo a sacar nuestra
mejor versión.
Claro, es una disposición del alma. Que las crisis nos ayuden a ser más
fuertes y a entender que no llegan para destruirnos, sino para enseñarnos quien
sí y quién no. Montémonos en el Automóvil
de la Fe, brindemos con la Copa de la Esperanza y descansemos en el Colchón del
Amor.
Por:
Licenciado Francy
Martínez
licenciadofrancy@gmail.com
francymartinez103@hotmail.com
Francymartinezamazon
@francymartinez5
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francymartinez103