martes, 20 de junio de 2017

¿Porque me hiede la vida?

En algún momento de nuestra existencia hemos sentido que todo lo que nos rodea ha perdido sentido, que los colores no brillan como antes, que lo que nos generaba alegría o placer ya no logra el mismo impacto.
Y es en ese mismo instante cuando llega la interrogante: ¿Que me pasa? Todo me hiede y nada me huele. ¿Porque me hiede la vida? Es la misma pregunta la que trae luz, la que dice que algo muy feo está ocurriendo en el interior.
Esa luz está indicando que no se debe seguir haciendo lo mismo, es momento de hacer un alto y repasar todo lo que se ha venido haciendo en los últimos días, semanas y hasta años. Cada revisión  nos contara una historia, veremos un evento, un acontecimiento que nos encerró en una cárcel de monotonía, en la rutina.
Se ha dejado de ser, se le ha entregado el poder de decidir: a un hijo, a la pareja, a la familia, al trabajo, a la insatisfacción y ahora esa brutal decisión está pasando factura. Que alto precio se debe pagar cuando se deja de cuidar el ser interior, de amarlo, de protegerlo, de recompensarlo.
Se puede pensar que ha este plano terrenal se vino sin un propósito, sin una orden, pero no es lo cierto. Cada ser humano debe tratar de ser su mejor versión, aprender, enseñar; recordar que es un extranjero y que debe apreciar el paisaje, disfrutar el recorrido y buscar el conocimiento infinito para volver más pleno a su lugar de origen.

Por:
Licenciado Francy Martínez
licenciadofrancy@gmail.com
francymartinez103@hotmail.com
@francymartinez5



¿Se debe valorar la calma?

En un mundo que se nos presenta acelerado y turbulento, donde vivir a prisa es la norma; ya no hay tiempo para disfrutar de la plenitud. Se tienen relaciones sexuales desenfrenadas, sin conciencia del gozo, de la gratificación que generan dos cuerpos entrelazados intercambiando fluidos y un sin números de información trascendentales.
Se alimenta el cuerpo contando calorías y restando armonía. Se duerme pocas horas para obtener más tiempo para hacer cosas, perdiendo la vida tratando de encontrarla; se echa por la borda el sentido en busca de dirección.
El accionar debe ser aprisa, dejando a un lado los detalles, esos pequeños tesoros que son lo que hacen que todo sea más energético, revitalizador. Se hace cuesta arriba encontrar el equilibrio viviendo con tanta velocidad, con tantos ruidos.
¿Se debe valorar la calma? Es una pregunta que todo ser humano debería de hacerse si pretende alcanzar un nivel de vida más trascendental. Es muy posible que si el individuo se quedara en calma por algunos segundos se dé cuenta que quizás no era tan necesario amontonar tantos bienes.
Qué triste es ver como se ha perdido la risa de un niño, que no se disfrutó de un orgasmo por estar tan cansado, que se frustraron tantos encuentros con los seres amados por que el reloj presionaba. Y así se gasta la existencia dejando la sensación de nada.
Solo la calma nos enseñara a reconocer la voz de la Verdad, la tristeza detrás de una sonrisa, los colores del arcoíris  y un alma enamorada.

Por:
Licenciado Francy Martínez
licenciadofrancy@gmail.com
francymartinez103@hotmail.com

@francymartinez5

¿Se vive en piloto automático?

¿Qué tan cierto será que el pasado es pasado, que ya este no puede afectarnos ni incidir en la vida de un individuo porque quedo atrás? Son muchas las respuestas que se pudieran dar, pero lo cierto es que un gran número de personas viven en un pasado continuo, inseguros, insatisfechos, neuróticos a causa de un evento que los marco y los convirtió en imposibilitados emocionales.
No se atreven a enamorarse porque fueron traicionados, no hablan porque alguien los hizo callar, se disfrazan de pies a cabeza porque en algún momento un analfabeto existencial los hizo creer que no tenían atractivo.
Todos estos indicadores nos dicen que el pasado está más presente cada día. Millones de personas van caminando en piloto automático preso del pánico, títeres del pasado, marionetas de eventos azarosos. El pasado no tiene necesariamente que ser un enemigo voraz, se puede convertir en un aliado, en una caja negra.
Cada ser humano debe decidir que hará con su pasado, aprender de los errores, de los malos momentos y empoderarse de los sucesos alegres, reconfortantes para desmontar aquellos no tan buenos y dejar de importantizar aquellos eventos que tienen muy poco que darnos.

Por:
Licenciado Francy Martínez
licenciadofrancy@gmail.com
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@francymartinez5