Recientemente escuche a una
vecina hablar de los planes que tenía para su nieta, decía que le iba a costear
los estudios, ayudarla con los gastos personales, etc. Y que su nieta era
malagradecida Por que se fugó con un joven bueno para nada… Debo ser honesto,
la conversación no era conmigo la escuche desde mi ventana.
Como todo buen analista de
conversaciones ajenas saque mis propias conclusiones: la anciana mentía para
ganar la aprobación de su interlocutor, ella es alcohólica, maltrataba la nieta
física y verbalmente, yo fui testigo de algunas agresiones pública. La joven
nieta busco una salida a su situación, se agarró del joven porque sentía que ya
no podía más.
Las personas tienen un doble
discurso, uno que predican a voz en cuello y otro que consumen, mienten por
conveniencia y por costumbre ¿Es sano juzgar sin investigar? ¿Cómo podemos
descubrir cuando nos mienten? Lo cierto
es que no es lo más adecuado, se deben buscar todo los códigos posibles para descifrar
el engaño y no caer en una trampa de manipulación sutil.
Por:
Licenciado Francy Martínez
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@francymartinez5
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