No aceptar
que las personas son seres volubles y vulnerables es estar condenado a la desilusión
y frustración constante. Ya que la negación en este proceso estará retrasando
la asimilación de que las personas no se
mantienen constantes o por lo menos, no como el otro quisiera.
En sobradas
ocasiones se hacen compromisos o unidades en momentos de emoción o por salir de
una situación de crisis y lamentablemente una de las parte lo toma como bueno y
valido, pero el otro sector involucrado no asimilo la negociación como algo
digno de ser respetado o dicho más sutil, no fue significativo.
Digamos
que en este punto, es necesario aceptar que no es de todos ser idealista y de
sentimientos puros y de entenderlo de
esta forma se ira en ganancia fructífera. Entonces ¿Cómo conseguir no salir
lastimados ante la cruda realidad de que solo se fue un relleno en la trama?
¿Existirá
un remedio que realmente pueda contrarrestar los embates de la desilusión, desengaños
o porque no, de promesas incumplidas? Como
tal no existe, pero si se pueden tomar medidas paliativas para no salir tan
afectado. Por ejemplo:
- Asimilar que no es de todos los individuos respetar una promesa.
- No todas las personas poseen el mismo nivel de compromiso.
- Lo que para un grupo es significativo para el otro bando no lo es.
- Nadie da lo que no tiene.
- Todo individuo tiene derecho a cambiar de opinión y se debe respetar.
Lo más
importante es estar satisfecho consigo mismo y guardar reservas para seguir
creyendo que todavía quedan almas con valores genuinos y si no, cada persona puede por lo menos intentarlo.
Por:
Licenciado Francy Martínez
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@francymartinez5
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