Cuando nos
ilusionamos con algo o con alguien, lo último que esperamos es que esa persona
nos desilusione, nos mienta o nos traicione. Y cuando eso paso, nos llevamos el
peor golpe del mundo… es lo que nuestra mente procesa.
Luego viene esa
etapa de duelo, donde perdemos el interés por una nueva relación o amistad. Pero:
¿Nos hemos puesto a analizar porque idealizamos
tanto las relaciones? O ¿por qué seguimos buscando algo, que esa persona no es
capaz de dar?
Lo cierto es que la
gran parte del tiempo este ejercicio no lo realizamos, hasta que nos dan la
estocada a muerte. Cuando busque en Google el significado de la palabra y su
ejemplo, me encontré con esto: Pérdida de la esperanza, especialmente de
conseguir una cosa que se desea, o de la ilusión al saber que algo o alguien no
es como se creía.
"se llevó una
gran desilusión cuando le dijiste que no vendrías a su fiesta de
cumpleaños"
Interesante ¿Cierto?
La próxima vez, que sientas que te está encariñando muy a prisa por algo o por
alguien: analiza los pros y los contras, para que no te desencante.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarAnalizar las posibilidades reales, antes de crear expectativas falsas.
EliminarGracias por su comentario: Isaías Medrano.
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