Hay ciertos eventos en la vida de
cada individuo que el tiempo parece jugar un papel preponderante para la
consolidación de tal o cual situación. Por ejemplo:
Cuando esperamos en la sala de un
consultorio medico por el resultado de una analítica realizada días antes.
En la espera de aquella entrevista
para el nuevo trabajo, por lo cual nos hemos preparado tanto.
Parado en la puerta de salida en
el aeropuerto; esperando aquella persona que hace tanto que no vemos.
En la luz roja de un semáforo,
cuanto tarda ese aparato en dar el paso; cuando tenemos tanta prisa por llegar
a la cita.
Es increíble como sentimos que el
tiempo juega en nuestra contra y parece que se deleita en hacernos desesperar. Pudiéramos
inferir que nuestro organismo comienza a responder con tensión y ansiedad ante
la situación estresante del momento, lo que desencadena que a nivel cerebral
las señales que envíe a nuestro intelecto nos hagan sentir que el tiempo se ha
detenido.
Una buena manera de amortiguar
esta sensación, es hacernos acompañar por una persona de nuestro agrado y en
caso de que no nos pueda acompañar, siempre tener con nosotros un libro de
bolsillo para entretenernos mientras esperamos.
De seguro los minutos que parecen
horas serán más confortables y llevaderos.
Por:
Licenciado Francy Martínez
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