El
filosofar del ser humano es lo que en muchos casos compensa su anhelo de dar
respuestas a las diferentes interrogantes e incógnitas que se presentan en su
andar por este plano material, que dicho sea de paso: A veces se vuelve tan abstracto
como el alma. Y es precisamente en el alma donde comienza el ir y venir; el
fuin y fuan de ese columpiar de las ideas, de las emociones, de los mitos, de
los tabúes, de los dogmas, de las religiones, de los paradigmas.
En
ese recorrido el ser espiritual y habido de vitaminas para el interior se pregunta: ¿Por qué envejece el
alma? ¿Por qué se pierde la fuerza del motor que impulsa a la acción, a lo
novedoso? Un planteamiento que se puede inferir es el siguiente: Así como el
cuerpo físico debe ser alimentado para mantenerlo robusto y joven de igual
forma el alma debe ser alimentada con pensamientos positivos, proyectos, propósitos.
Así
como el cuerpo físico es llevado al gym, al centro de estética, de igual forma
el ser incorpóreo para que no envejezca debe ser tratado con buena música, buenos
libros, reflexión, introspección, y sobre todo, el gran anhelo de alcanzar
grandes ideales, de saber que los días grises no son estático, que pasan para
darle paso a los colores que rejuvenecen.
Por: Licenciado Francy Martínez
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