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siglos las diferentes generaciones pasadas han hecho pensar que la estabilidad
emocional, económica y social de un individuo depende en gran medida de si
tiene compañero/a o no. De hecho, múltiples estudios demuestran que las
personas tienen un nivel de vida más saludable si viven en parejas.
¿Hasta
que punto será esto cierto? ¿Será el vivir en pareja la causa de una prometida
felicidad? lo cierto es que no, la convivencia encierra nuevos desafíos, una
lucha doble, cambiar un 100% el estilo de vida.
Es
una utopía infundada creer que por que se contrajo nupcias o se viva en pareja
todo los vacíos emocionales o problemas de diferentes índoles se van a resolver
como por arte de magia, con el simple pensamiento (Juntos venceremos al mundo).
Lo
triste es que es en el campo mismo de los hechos cuando el individuo descubre
que esa ilusión más que bien hizo un mal. Estar consiente que se entra a una
relación o lazo matrimonial con la idea de que es una empresa asociada y que
hay riesgo y múltiples inversiones para salir a flote y mantenerse en el
mercado es lo más saludable.
Cuando
se piense en vivir en pareja no debe ser por querer una estabilidad o salir de
algún trauma, debe ser por el simple hecho de desear experimentar vivir
con esa persona que se dice amar, asumir que es mejor dos que uno y olvidarse
de ese egoísmo infundado de utilizar un segundo para llenar un vacío
existencial.
Por:
Licenciado Francy Martínez
licenciadofrancy@facebook.com
francymartinez103@hotmail.com
licenciadofrancy@gmail.com
@francymartinez5
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