jueves, 20 de junio de 2013

Sin Esperanza No Se Vive


N
o se puede vivir sin esperanza, sin un anhelo, sin un proyecto, sin un sueño, porque la  ausencia de estos elementos convierte la existencia en un espacio inhóspito y toxico para la respiración espiritual  y emocional.
El ser humano necesita una fuerza que le haga mover, accionar. Psicológicamente vamos a decir que se necesita una motivación, llámese extrínseca o intrínseca, el hecho es que hay que estar motivado.
Una historia muy real que me cautivo, fue una discusión de dos amigos; vamos a llamarlos: Carlos y José.
Carlos le grito ha José que ya no tendría proyectos, que viviría la vida como salga, que sus aspiraciones habían muerto. José, dejo que él hablara hasta que se liberara de aquella carga emocional, y le dijo: No todos los sueños han de materializarse, pero si tenemos el poder de despertar, frotarnos los ojos y volver a soñar otros, cierra los ojos y vuelve a soñar.
Carlos sonrió hasta que de sus ojos brotaron gotas de agua. Que desabría es la vida cuando vivimos sin una esperanza.
“No permitas nunca, que te maten tu esperanza

Por:
Licenciado Francy Martínez
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